Pelar los limones usando un pelapapas, manteniendo la parte blanca interna. Rascar la parte blanca de la cáscara con un cuchillo. Colocar las cáscaras en un frasco grande y añadir vodka, mezclando bien. Cerrar herméticamente y dejar reposar en un lugar fresco y oscuro, como un placar, durante 30 días a temperatura ambiente.
Pasado este tiempo, se pone a hervir el azúcar con el agua (logrando un almíbar simple), durante unos 5 minutos. Se deja enfriar a temperatura ambiente y luego se agrega a la mezcla de limón y vodka, junto a media botella más de vodka, luego se tapa y se vuelve a guardar por otros 30 días, en las mismas condiciones que antes.
Transcurridos los estos 60 días, retirar el limoncello de su encierro, colar y descartar las cáscaras. Verter en botellas limpias, enfriar en el freezer (tranquilidad: no se va a congelar, dada la alta graduación alcohólica) e invitar a los amigos